31 octubre, 2014

Laberintos (Pequeñas magias III)



Aquí Jose Kharlos, de vuelta a Sistema XD6 para traeros una nueva entrega de Pequeñas Magias.

En este traasfondo mágico, la magia no está en las personas ni en el ambiente ni en los dioses ni nada de eso. El mundo está cubierto de extraños sígilos, laberintos, como los llaman los que saben de esto. Aparecen en una piedra, en una pared, en el lomo de un perro, en la hoja de un cuchillo, en las hojas de un libro, en la jamba de una puerta, en la hoja de un árbol, en el hielo de un iceberg... Básicamente, en cualquier superficie sólida posible. En esta misma entrada hay fotos de unos cuantos. Su morfología es diversa, pero suelen ser una amalgama de formas geométricas de distinto tamaño, desde el tamaño de la yema de un pulgar al de toda la palma de la mano; a veces incluso más.

Todo el mundo sabe que en el interior de cada laberinto está atrapado un conjuro. Por ejemplo un laberinto puede contener un conjuro que produzca una enorme cantidad de fuego o que haga dormir a todos los que se encuentren cerca o que teletransporte lejos al lanzador. Saber qué conjuro contiene un laberinto es todo un arte que no muchos conocen, pues, aunque en sus líneas se indica inequívocamente el contenido, el código es complejo.

Liberar el conjuro puede ser infinitamente más difícil o infinitamente más fácil. Al contrario que leerlos, abrir los laberintos suele ser un don natural. No hay más que mirarlos fíjamente y concentrarse hasta que las líneas se desentrañan y el conjuro se libera. Por supuesto es una habilidad que puede aprenderse, pero el talento natural es un factor importante.

Sobre todo porque aprender es difícil. Igual que los laberintos encierran conjuros, pueden encerrar la mente de aquel que pasa demasiado tiempo recorriéndolos. Muchos liberadores de conjuros pasan demasiado tiempo contemplando un laberinto más difícil de lo que eran capaces de resolver para darse cuenta de que no pueden encontrar la salida o de que han dejado atrás parte de sí mismos.

Una vez se ha abierto un laberinto, desaparece, pues el conjuro que retenía ha escapado para siempre. Igualmente, no pueden crearse laberintos, pues aparecen espontáneamente en lugares inesperados. Mucha gente lo achaca a la magia de los antiguos y en buena medida tienen razón, solo que los antiguos son un pueblo de dentro de diez mil años en el futuro que envían magia al pasado de forma estratégica para cerrar una línea temporal en la que su civilización exista, pero poca gente sabe esto.

¿Y cómo llevamos esto a la mesa?

Muy sencillo, en principio un personaje que pueda usar este tipo de magia tendrá un rasgo que indique si puede leer y/o abrir los laberintos. No todo el mundo puede hacer ambas cosas, claro. Una cosa que sí es posible es saber lo poderoso que es el conjuro que encierra un determinado laberinto, pues es proporcional a lo grande y complicado que sea. Esto se traduce en una oposición del 0 al 5, de modo que también categorizaremos los laberintos de nivel 0 a 5.

A la hora de leer un laberinto, es decir, saber exactamente qué conjuro contiene, será necesario hacer una tirada enfrentada entre el rasgo del lector y el nivel del laberinto, como ya os esperaríais. El director tirará la oposición en secreto. Si el lector pasa la tirada, el director le informará de cuál es el contenido real. Si hay un empate, el director le informará de parte del contenido del conjuro o le dará algún dato erróneo menor. Si falla, el director le dirá un efecto erróneo pero verosímil del conjuro, que será más distinto del verdadero en función de cuánto haya fallado el jugador.

Si por ejemplo el laberinto contuviera un conjuro que hace aparecer flores por todo el lugar y el jugador fallase al identificarlo por un éxito, el director podría decirle que hace aparecer perros. Si fallase por dos éxitos, podría decirle que hace dormir a los perros. Y así.

Liberar un conjuro es más interesante. Hay dos opciones. La aburrida consiste en hacer una tirada enfrentada contra el nivel del laberinto. Si el liberador obtiene al menos un éxito, el hechizo se libera normalmente. Independientemente de los éxitos que consiga o no el liberador, cada éxito de la oposición debería tratarse como daño a un rasgo mental o motivacional de esa magnitud. Por ejemplo, si un liberador intenta liberar un conjuro de animar alabardas y obtiene un éxito en su tirada, el conjuro tendrá efecto. Pero si el director obtuviese un éxito también, recibiría un daño igualmente.

La parte divertida es que el director lleve consigo un puñado de laberintos impresos de distinto tamaño. Una buena página donde conseguir eso es mazegenerator.net. El ancho y alto de un laberinto debería ser su nivel +1 y multiplicado por 10. Así un laberinto de nivel 0 sería de 10x10 y uno de nivel 5 de 60x60.

Un jugador que esté intentando liberar el laberinto deberá resolver el laberinto que le ha dado el director mientras la partida sigue y el conjuro se liberará una vez llegue a la meta. En términos de juego, está muy concentrado mirando una piedra o el culo de un caballo mientras las cosas pasan a su alrededor.

¿Pero cómo entra en juego la habilidad del personaje? Muy sencillo, un jugador tiene tantos minutos para resolver el laberinto como puntos tenga en el rasgo adecuado. Es decir, un rasgo como "aprendí a abrir laberintos de Matzlin Paoka: 3" te daría tres minutos para resolver un laberinto. Cada minuto extra que te lleve se considera un daño recibido igualmente, en rasgos mentales o motivacionales. Por supuesto puedes parar en cualquier momento y parar el cronómetro.

Se debe dejar pasar un tiempo prudencial antes de volver a intentar liberar un conjuro, como cinco minutos, pues intentarlo marea y puede dar dados de oposición a cualquier acción; sobre todo a intentar liberar laberintos.

Espero que os haya gustado y os sea útil.

3 comentarios:

David Rivas dijo...

Muy chulo Kha, como ya te dije. Aunque quizá algo difícil de manejar.
Ahora solo falta que Eld se arranque con otra entrada en la serie...

David Rivas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Togemura dijo...

Me ha encantado la idea, y se puede utilizar para cualquiera cosa (ya sea un interrogatorio, cuando abres una puerta con ganzúa....para lo que se te ocurra). Por cierto, todo un detalle el enlace del mazegenerator.